La memoria no guarda películas, guarda fotografías.
Milan Kundera
Jose Manuel Soares nació en la ciudad de Oporto, la segunda más importante de Portugal. Nació en 1964. En 2014 cumple medio siglo vida. Es fotógrafo por elección y por vocación. Sus inicios como fotoperiodista marcaron una historia que desencadenaría en la creación de su propia editorial de libros: Ediçoes Portáteis. Comenzó a exponer en1995 sus propios proyectos, entre los que destacan: Filhos (2003), The Trip (2000), Aparelho Fotográfico (2011), y Limbo (2013).
Voy a su casa en Ermesinde. Ermesinde no es Oporto, pero está cerca. Anita me lleva. Viajamos juntas en el tren desde Santiago de Compostela, España.
Anita es hija de Jose Manuel. Anita en realidad se llama Ana Rita, pero en México tenemos obsesión por los diminutivos.
A la casa de fachada blanca sólo le falta el negro para completar la fotografía. Después de la puerta, el pasillo estrecho es semejante a la entrada de museo. Fotografías por todos lados: de la familia, de los viajes, de los proyectos. Objetos de colección, migajas de mundo, un sueño hecho casa, una casa hecha sueño. Ya sé lo que viene, un cuarto a la derecha casi al final del pasillo con objetos de aparelho fotográfico por doquier. José Manuel mira la Alpha 260 que cuelga de mi cuello y limpia el lente. Sé por su expresión que le indignan las cámaras descuidadas; “la mía ha viajado mucho, está cansada”, me excuso.
Nos entendemos a miradas.
Entiendo el portugués, pero necesito que me hable lento o no comprendo nada. Él entiende español y lo habla un poco, pero se nota que no se siente cómodo. Prefiere en inglés. Terminamos hablando portuñol, una variante no reconocida de la lengua muy común en Galicia y Oporto, ambas fronteras entre Portugal y España respectivamente. Un equivalente al spanglish en la frontera México-Estados Unidos, una forma de comunicarnos entre portugueses e hispanohablantes, un esfuerzo por la empatía con el otro. Al final, de alguna forma, eso es el lenguaje: empatía, si no existe, se construye.
Esa casa está plagada de historias. Jose Manuel Soares, el hombre detrás de las historias.
1. ¿Por qué la fotografía como medio de expresión y desde cuándo?
La fotografía tiene una relación formal con la arquitectura y, conceptualmente, está muy cerca de la literatura. Mi cercanía con la imagen fotográfica comienza con el aparato, con la cámara (lo fascinante de aquel objeto capaz de producir imágenes). Más tarde encontré una lógica de expresión y de creación personal, un hábito que me rodea para reinventar la vida.
2. En un mundo en el que una cámara profesional está al alcance de todos ¿Qué distingue a un fotógrafo y qué distingue una “buena” foto?
Un fotógrafo es prácticamente imposible de definir, pues la fotografía tiene un conjunto enorme de aplicaciones y su utilización es tan masificada que, hoy, sería arriesgado tomar un estereotipo. Sin embargo, siempre existen un conjunto de características que hacen ver a otros como fotógrafo. Desde luego, su relación con el equipo o posicionamiento de terreno claro, producto de su trabajo.
Encuentro un enorme placer en fotografías bien impresas en blanco y negro. Vi, recientemente, en París, una exposición de Henri Cartier Bresson y, al ver las fotos impresas por él bajo su supervisión y no las reproducciones en el libro que ya conocía, conseguí darme cuenta de la profundidad de su trabajo.
La decisión de encuadres, de la exposición, de contraste, muestran mucha información para encontrar una buena fotografía.
Paralelamente, he visto libros pensados para fotografías como los de Miguel Río Branco, donde la paginación y el tipo de papel tornan cada proyecto tan especial que la imagen no se puede distorsionar de su soporte.
No estoy tan interesado en los trabajos digitales. Pienso incluso que la edición de libros aumentará con la publicación de libros de fotografía. Basta pensar que la imagen que se ve en la computadora o tablet está condicionada al tamaño, afinación cromática y un sin número de variables que invalidan que el resultado final sea lo que el autor pretendía.
3.¿En qué momento dejas de hacer fotoperiodismo?
Dejé el fotoperiodismo cuando comencé a sentir dificultad entre una vida familiar y tener una carrera en los diarios. En Portugal, por condicionas financieras o tal vez por falta de cultura visual, la fotografía en los diarios ha decaído.
La televisión es una de las plataformas digitales que crean una idea de la fotografía cada vez más fácil, más cerca de aquella que cualquiera hace con un teléfono ( dicen que cada uno de nosotros es un reportero). Este registro ya no me interesa. Por eso soy también profesor.
4.¿Dónde están los mejores lugares para fotografiar
Los mejores lugares pueden ser en cualquier lado. Sin embargo, aclaro, que mi espacio de referencia es mi ciudad. También hay mucho de gratificante en la fotografía de estudio. Particularmente cuando hago retratos.
5.¿Cómo eliges tus proyectos para tus libros o exposiciones? ¿Tienes alguno favorito?
Mis proyectos nacen sin un hilo conductor. Después encuentro una lógica y comienzo a avanzar con esa lógica en mente. A veces hago cosas sobre un tema e intento condicionar mi trabajo a ese tema. De ahí la relación rigurosa con la arquitectura.
Actualmente hago un trabajo llamado es-ce-que, y adoraría tener imágenes de México y, claro, tener una muestra de un país tan misterioso para mí. Por tanto, mi proyecto favorito es, justo, este que estoy trabajando.
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Texto por María González (@Maff891)