Soledad Puentes (guitarra, voz) y Constanza Espina (voz), conforman Marineros, una de las bandas chilenas más prometedoras del 2015 que ha logrado a través de un estilo minimal y sutil cautivar a todos quienes consumimos con agrado el denominado por ellas “pop de amor existencialista”. Este año ya se han presentado en Lollapalooza, por lo que ya comenzaron un año de maravilla.
Un día despues de Lollapalooza partimos a Austin, Texas a tocar en el festival SXSW. Tuvimos 3 shows allá. Estuvo muy bueno. Luego, fuimos parte del festival Epicentro, en San José, Costa Rica. Tuvimos la oportunidad de conocer la escena musical de Costa Rica, y en Austin, la oportunidad de ver a Stromae, uno de nuestros artista favoritos.
¿Cómo nace marineros?
Marineros nació gracias a nuestro encuentro fugaz en el Lollapalooza del año 2011. Fue ahí donde nos conocimos, después las redes sociales nos hicieron saber que teníamos cosas en común, que queríamos escribir canciones y componer. Y así fue, empezamos a ensayar y nacieron nuestras composiciones.
¿Qué es lo que las motiva e inspira para llevar este proyecto a cabo?
Poder hacer canciones, poder tocarlas, grabarlas y que pueda escucharlas quien quiera. Tener la posibilidad de inventar, de crear, es lo que nos motiva a poder vivir haciendo lo que nos gusta.
¿Cómo se podrían definir a nivel estético? ¿Hay algún componente, referente o inspiración que las seduce o simplemente van por lo auténtico?
El otro día fuimos a la radio de la Universidad de Texas y en un momento de la conversación, dijimos que Marineros era como una nube. Cuando se hacen presentes son algo inquietantes, pero a la vez suaves, y se componen de miles de pequeñas partículas. Provocan una atmósfera melancólica los días nublados.
Siempre hay muchas cosas que nos seducen, y otras que no, o nos ponen muy tristes, la existencia es eso. Los sentimientos son los referentes de nuestras canciones.
Su último video “Cae la noche” dirigido por Alvaro Puentes, fue filmado en Tokio, ¿Qué interés o intención hay en fusionar el pop latinoamericano con la estética Japonesa?
Creo que no hay una intención de fusionar las dos cosas. La idea fue contar una historia que sucedía en Tokio, una ciudad saturada en muchos aspectos (demográficos, densidad urbana, uso de tecnología y aplicaciones digitales, marketing, uso de plástico, suicidios, etc), donde dos personas se conocen mediante esta aplicación maldita llamada “Datter”. Creo que Tokio podía reflejar de mejor manera la impersonalidad de una relación digital, un vacío frente a un mundo lleno de estímulos externos y donde muchas veces no hay cabida ni tiempo para poder conocerse de una manera más humana, cercana. Volviendo a tu pregunta, creo que el pop latinoamericano nunca podría fusionarse con la cultura japonesa, son dos cosas muy diferentes, un poco antagónicas, pero es muy interesante poder analizar ambas propuestas y tenerlas en un diálogo audiovisual.
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texto por: Constanza Tejada
fotos por: Camila Valdés/Alvaro Puentes