El pasado 18 de febrero, la icónica sala Razzmatazz de Barcelona fue testigo de un regreso lleno de nostalgia y vitalidad. Los escoceses Franz Ferdinand, quienes en su día encabezaban festivales y sonaban en cada rincón, demostraron que, aunque los tiempos hayan cambiado, su esencia sigue intacta.
La banda liderada por Alex Kapranos salió al escenario con la misma actitud desafiante de sus días de gloria. “Take Me Out” y “Do You Want To” desataron la euforia entre un público entregado, consciente de estar viviendo un reencuentro con una parte fundamental de los 2000. Ya no llenan grandes salas ni dominan las listas, pero lo aceptan con naturalidad, disfrutando cada acorde. Un golpe que muchos grupos no digerirían, ellos lo convierten en una celebración. Franz Ferdinand sigue en pie, no como reliquia, sino como prueba de que la pasión no entiende de modas.
