Estamos en los 20´s y es en esta etapa de la vida en la que todo cambia y todo forma parte de nuestro futuro. Es la etapa en la que ya tenemos un trabajo, seguimos estudiando, tenemos independencia financiera, adquirimos más responsabilidades, establecemos relaciones un poco más formales, empezamos a entender lo que los adultos siempre nos han dicho pero no queríamos escuchar porque, según nosotros, aún faltaba mucho.
Si bien la escuela, en específico la universidad, es parte importante de nuestro desarrollo profesional, es también donde todo puede ponerse a prueba en un ensayo-error constante. Si un trabajo final no tuvo la calificación que esperabas, no te preocupes, puedes aprender de las observaciones de tus maestros para no volver a cometer el mismo error.
Si tus amigos te dejaron de hablar porque ya no sales con ellos y prefieres estudiar, recuerda que todo puede hacerse con organización, puedes dedicar tiempo a tus estudios sin sacrificar a tus amigos, ya que son los recuerdos y vivencias las que hacen que una simple amistad se convierta en una relación de hermanos.
Al conseguir el primer empleo sentimos la presión de estar “a prueba” constantemente, todo lo que hacemos puede volverse en nuestra contra en cualquier momento, un trabajo mal realizado, la pérdida de tiempo, el comportamiento nos puede costar nuestro puesto. Al fallar y perder nuestra primer fuente de ingreso podemos preocuparnos y lamentarnos respecto a lo que hicimos mal, o podemos ponernos en marcha y empezar a buscar de nuevo un empleo en el que podamos desempañarnos de manera productiva.
Al vivir solos, ponemos a prueba todo nuestro conocimiento en finanzas, artes culinarias, limpieza, primeros auxilios, etc. La primer falla al querer cocinar, cuando nos cortan algún servicio como (agua, luz, gas), son sólo ensayos para recordarnos que la organización es la base de una buena vida, debes ocuparte en lugar de preocuparte por lo malo que ha pasado.
En una relación que consideramos “la buena” y por alguna razón termina, lo único que podemos hacer es valorar el tiempo bueno que disfrutaste y comprender que la vida da muchas vueltas y el amor tiene extrañas maneras de presentarse.
El momento que vivimos es único y debemos disfrutar cada momento, teniendo en cuenta que ante una situación difícil debemos “dejar que el mundo ruede”.