El sábado, en Barcelona, tuvimos la oportunidad de ver como Wolf Alice se consagraron como uno de los mejores grupos jóvenes de los últimos años. Sus actuaciones en La Riviera y Razzmatazz han supuesto la primera oportunidad de verles en sala en este país, tras visitar el FIB 2014, en el que alrededor de 40 espectadores escogimos ver a este desconocido grupo de Londres que ni siquiera tenía disco publicado, pero que había llamado la atención de los cazatalentos con canciones como ‘Fluffy’ o ‘Moaning Lisa Smile’. Apenas tocaron 30 minutos, pero ya demostraron que estaban hechos de una pasta distinta. Destinados a triunfar.
Livenation, al mando del Dcode de Madrid, apostó por ellos y en septiembre visitaron el festival, para 5 meses después, superar la verdadera prueba de fuego: tocar en sala.
Lo que en un principio podía parecer su mayor defecto, puede, en realidad, ser su mayor virtud: el grupo no tiene un estilo definido. Esta polivalencia hace que en sus conciertos se vivan momentos de rock, folk, pop, grunge, garage, e incluso toques shoegaze, electrónicos y psicodélicos. Es un grupo completo que, como sus colegas Bombay Bicycle Club, no parece dispuesto a encasillarse. El estilo de su próximo disco es tan imprevisible como su directo. Pero, casi con toda seguridad, en el futuro contarán con un integrante más, al mando exclusivamente de los teclados.
El grupo estuvo impecable, Ellie Rowsell maravilló con su voz, desenvolviéndose a través de un micro doble (uno en el canal limpio y otro con efectos). Su abnegación con la guitarra, con la que se limita a tocar power chords, permite que Joff Ellis, sensacional con la guitarra, adquiera todo el protagonismo melódico y da como resultado una definición perfecta pese a sonar mucho más potente (por momentos un poco en exceso) que en el estudio.
Joel Amey, que se convirtió en el batería del grupo de manera fortuita cuando su predecesor se rompió la muñeca, protagoniza la sorpresa del disco y también del concierto, cuando toma el mando del micro en ‘Swallowtail’ y se saca de la manga la voz de James Mercer (The Shins).
El grupo ya está recogiendo los frutos de lo que ha sembrado tan recientemente, y ya está nominado a un Grammy (Best Rock Performance) junto a grupos de la talla de Alabama Shakes, Florence + The Machine o Foo Fighters. Evidentemente, están agotando entradas en casi todos los conciertos de su gira europea, algo que, desgraciadamente, no sucedió en España. Estos chicos serán muy grandes y muchos desearán poder volver atrás para poder vivir el concierto de anoche. Pronto volverán a nuestro país para tocar en el BBK Live, pero no se descarta que vuelvan también a Benicàssim y/o Madrid (Madcool/Dcode). Ojalá.