Los pasados 16, 17 y 18 de junio, el festival Sónar volvió a convertir Barcelona en el epicentro mundial de la cultura electrónica y digital con cerca de 300 propuestas, entre conciertos, conferencias y decenas de proyectos de innovación tecnológica y creativa, que ha recibido un total de 115.500 visitantes procedentes de 101 países.
En el apartado musical, el festival ha presentado un total de 130 actuaciones, exhibiendo un amplísimo espectro sonoro, desde las aproximaciones más experimentales hasta la música de baile de última generación, con paradas en el dance global y conceptual, las corrientes actuales de las músicas urbanas, el nuevo minimalismo e incluso las más recientes formas del sinfonismo clásico. En esta edición han tomado especial relevancia los shows y las voces de artistas con un alto contenido crítico, como las de Anohni, John Luther Adams, Niño de Elche + Los Voluble, Kode9, Brian Eno o Jean-Michel Jarre, alrededor de cuestiones como el cambio climático, la política de fronteras, la lucha transgénero o la vigilancia masiva.
Especialmente destacado, para nuestro gusto, resultó el concierto en el SonarComplex del pianista James Rhodes, que a sus 40 años se ha convertido en uno de los principales divulgadores de la música clásica en el mundo, gracias a sus giras y conciertos en todo tipo de festivales y salas, y varios documentales sobre su figura filmados con la complicidad de cadenas de televisión británicas.
“En mis conciertos hablo de las piezas que interpreto, cuento por qué las he elegido, qué importancia tienen para mí y en qué contexto se compusieron”. Así explica James Rhodes como son sus recitales en el prólogo de su libro “Instrumental. Memorias de música, medicina y locura”, con el que ha obtenido un enorme e inesperado éxito en todo el mundo. Además de tocar y contextualizar las obras que interpreta, el pianista británico también contó sobre el escenario, entre piezas de Bach, Rachmaninov, Schubert i Beethoven, la historia de su vida (abusos, adicciones y psiquiátricos incluidos) y como la música le ha ayudado a superar los numerosos obstáculos que se ha ido encontrando por el camino.
Su presencia en Sónar de Día fue la demostración fehaciente de que, efectivamente, la música puede curar.
Si Rhodes fue el triunfador del Sónar de Día, otro James amante de las teclas, en este caso de apellido Blake, se convirtió es uno de los triunfadores del Sónar de Noche. Era una apuesta segura. Y es que artistas como Blake surgen muy de vez en cuando, y su producción nítida, su gran habilidad con los bajos y la combinación de elementos orgánicos y digitales, su talento natural al piano y unas cuerdas vocales de oro no fallaron y representa a la perfección la imagen del festival.
Pero si hablamos de apuestas seguras, no podemos dejar de hablar de los míticos New Order, uno de los grandes cabezas de cartel de esta edición. New Order necesitan pocas presentaciones. Surgidos de las cenizas de Joy Division con una energía asombrosa y un lenguaje nuevo, han sido sin duda uno de los grupos más relevantes e influyentes de los últimos 30 años. En el Sónar de Noche presentaron “Music Complete”, un nuevo álbum que ha sido saludado unánimemente como uno de los mejores de su trayectoria, a la altura de clásicos como “Technique” o “Republic”. El mítico grupo inglés hacía casi diez años que no sacaba un disco de estudio, y lo han hecho a lo grande, recuperando además varios de sus signos de identidad: las melodías perfectas, la voz sin edad de Bernard Sumner, el diseño en la portada de Peter Saville y el retorno Gillian Gilbert a la banda.
A una artista tan versátil como Santigold no le valía con el día o la noche, así que tocó en ambos. Se desenvolvió muy bien y aplicó ciertos matices que cambiaron los shows por completo, pero sin duda el que protagonizó en el Sónar de Noche fue el ganador. Especialmente memorable la invasión de escenario (permitida) de casi 50 espectadores que tuvieron la oportunidad de vivir una canción a escasos centímetros de la artista.
Tras el vigoroso concierto que ofreció junto a su hermano JME el año pasado para cerrar el escenario SonarDôme, el rey del grime, Skepta, volvió a Sónar esta vez en solitario y lo puso patas arribas.
Presentó “Konnichiwa”, su esperadísimo cuarto álbum, casi 5 años después de “Doin’ It Again”. En este tiempo el grime ha vuelto con inusitada fuerza a la primera línea de la escena internacional, y Skepta ha visto como su talento por fin era reconocido más allá Londres y el Reino Unido, trascendiendo los límites del género y codeándose con primeras figuras del rap y el pop mundial. El MC de Tottenham ha formado tándem con Drake para remezclar un tema del vocalista nigeriano Wizkid; ha aparecido en un corto dirigido por A$AP Rocky y en un concierto de Kanye West en Londres; ha alcanzado el éxito global con “That’s Not Me” y “Shutdown”; y ha sido galardonado por su contribución a la música (“outstanding contribution to music”) en los Independent Music Awards británicos.
Sónar+D supera ampliamente sus expectativas de participación con un tráfico incesante en los stands de MarketLab y en el áreaRealities+D, dedicada a la realidad virtual. Las conferencias y workshops programados han contado con cerca de 3.800 asistentes, y han sido 584 los encuentros programados entre expertos, creadores, emprendedores e inversores en las áreas de networking. Ya está a la venta una promoción limitada de 500 acreditaciones a un precio especial de 155€.
Estas son las próximas citas de Sónar en el mundo:
Sónar Reykjavík
16,17 y 18 de febrero de 2017
Harpa
Sónar Istanbul
24 y 25 de marzo de 2017
Zorlu Performing Arts Center
Sónar Stockholm
31 de marzo y 1 de abril de 2017
Nobelberget
Sónar Hong Kong
1 de abril de 2017
Sede por confirmar
Sónar Barcelona
15, 16 y 17 de junio 2017
Fira Montjuïc y Fira Gran Via L’Hospitalet